Por: Nereyda y Enrique (2º "A”)
La sexualidad y la reproducción son dos cosas distintas. Durante toda la vida tenemos sexualidad, pero sólo somos fértiles durante un período de tiempo; en la mujer, desde los 11 hasta los 50 años; aunque existen casos de pequeñas que llegan a concebir a sus cortos 9 años de edad.
Es importante recordar que los métodos preventivos permiten decidir cuantos hijos y en que momento se quieren tener. A pesar de ello, y por falta de información, existen todavía muchos hijos no deseados.
El embarazo puede ser el episodio más feliz de nuestra vida, pero también el más desdichado. Si se produce en el seno de una pareja que lo desea se convertiría en una buena experiencia; pero si se trata de un embarazo no deseado en una adolescente, se puede convertir en una tragedia, tanto para ella como para el futuro bebe, sus familiares y amigos; y hasta para los servicios sanitarios y educativos. Por otra parte los jóvenes corren el doble riesgo de experimentar anemia y algunas complicaciones en el parto, así como un mayor riesgo de mortalidad. Por si fuera poco, la relación sexual y el embarazo precoz se suelen asociar con el cáncer cervical y las complicaciones uterinas.
Desde un punto de vista psicosocial: las investigaciones realizadas demuestran que los hijos de mujeres adolescentes experimentan más problemas de conducta y en la escuela, que los de personas adultas. Asimismo, las estadísticas de separaciones y divorcios son mucho mayores entre las parejas formadas de manera forzada por un embarazo no deseado; y por si fuera poco, la paternidad temprana llega a ser el escenario para el abuso y el abandono infantil.
Desde el punto de vista educativo: tenemos entendido que en las escuelas no se tiene previsto algún método de atención, de apoyo o de orientación dirigido a mujeres víctimas de un embarazo no deseado. Incluso en algunos países tienden a negarles la entrada al colegio por temor a que puedan influir desfavorablemente en otras alumnas; por tal motivo, las madres adolescentes terminan, por lo general, convirtiéndose en personas aisladas socialmente.
Tenemos que recordar también que:
1. El embarazo puede producirse cualquier día del ciclo menstrual de la mujer.
2. No es necesario que se produzca una eyaculación dentro de la vagina para que se produzca un embarazo. Mucho antes de eyacular, el varón segrega el líquido pre-eyaculatorio, que puede contener espermatozoides suficientes para producir un embarazo.
3. Sabemos también que el alcohol, el tabaco y otras drogas dificultan tanto la posibilidad de embarazo como el crecimiento del niño, si ya se está embarazada.
4. La falta de ácido fólico (vitamina del grupo B) está relacionada con la aparición de malformaciones del sistema nervioso del niño y con abortos. Esta sustancia se encuentra en verduras como las espinacas, judías verdes, frutas, legumbres pero el aporte que se necesita en el embarazo es mayor por lo que es recomendable empezar a tomarlo antes de estar embarazada.
5. La falta de hierro, de calcio y de proteínas también va a contribuir al crecimiento inadecuado del niño.
6. Ciertos medicamentos pueden ser peligrosos para el feto de forma que antes de tomarlos se debe consultar al especialista.
7. También hay que descartar infecciones genitales o de transmisión sexual que se puedan transmitir al niño.

El aborto está considerado como:
1. Un grave peligro para su vida o salud física o psíquica (indicación terapéutica).
2. Una violación (indicación ética).
3. La presunción fundada de graves taras físicas o psíquicas en el feto (indicación eugenésica).
Lamentablemente tenemos una tímida ley, donde no se observa la oportunidad de que las mujeres también pueden ejercer el Libre Derecho a decidir si continúan o no con su embarazo. Actualmente se sabe que la mayoría de los abortos practicados en los centros de salud, se realizan bajo el supuesto de un grave riesgo para la salud de las mujeres. Sin embargo, se presume que otro gran porcentaje de abortos se realizan de manera clandestina, tanto en clínicas particulares como en los domicilios propios de las mujeres.
Por tal motivo, es importante trabajar en la concientización de las personas para inculcar la idea de que el continuar o no con un embarazo, es un derecho de la mujer gestante, quien no debe ser obligada, en ningún caso, a tener un hijo que por una u otra razón no desea. Por lo tanto consideramos una opción, que es mejor prevenir utilizando los métodos anticonceptivos adecuados, pero que debe existir al alcance de la mujer una alternativa que le permita decidir sobre su cuerpo y su destino, cuando por algún motivo, le falle el método usado y en cualquier circunstancia se de el embarazo no deseado.
Los derechos Sexuales y Reproductivos
Hablar de derechos sexuales y reproductivos implica hablar del derecho de las personas a ejercer su sexualidad y reproducción con libertad y dignidad permitiendo a cada persona disfrutar de la sexualidad de una manera sana, segura, responsable, sin miedos ni vergüenzas, según cada forma de ser, sentir o pensar.
En algunas zonas del mundo, sobre todo en países en vías de desarrollo, estos derechos no siempre se respetan: en el siglo XXI, 70 estados tienen leyes que prohíben las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, en 9 de ellos este delito se castiga con la pena de muerte. En catorce países, se requiere una autorización del esposo para suministrar métodos anticonceptivos a una mujer. En aquellas naciones donde la interrupción del embarazo es ilegal, se suelen realizar abortos en malas condiciones, con mayores riesgos. Se estima que unos dos millones de niñas son vendidas y compradas como esclavas sexuales y que, en EUA, unos 104 mil niñas, aproximadamente, son victimas de abusos sexuales. Muchas personas en el mundo no tienen acceso a los medicamentos adecuados.
Aunque todos estos ejemplos parecen muy alejados de las circunstancias que se viven actualmente en México, también aquí se dan situaciones en las que los derechos sexuales y reproductivos no se tienen en cuenta. Se calcula que, cerca de 2 millones de mujeres viven en situación objetiva de violencia en su entorno familiar. El costo de los métodos anticonceptivos es asumido de forma privada y un 75% de las jóvenes alega no haber tenido acceso a la píldora postcoital porque no se las quisieron suministrar. Incluso, se han conocido 30 casos de mutilaciones genitales femeninas en nuestro país.
Existen derechos1º Derecho a la Vida, la vida de ninguna mujer puede ser puesta en peligro por causa de embarazo o parto.
2º Derecho a la libertad y Seguridad de la Persona, ninguna mujer debe ser objeto de prácticas como la mutilación genital femenina, el embarazo forzado, la esterilización o el aborto forzado.
3º Derecho a la igualdad y a estar libres de todas las formas de discriminación, incluyendo el ámbito de la vida sexual y reproductiva.
4º Derecho a la Privacidad, todos los servicios de salud sexual y reproductiva deben ser confidenciales.
5º Derecho a la Libertad de Pensamiento, en las cuestiones relativas a la sexualidad y la reproducción.
6º Derecho a la Información y a la Educación, incluyendo el acceso a una información completa de los beneficios, riesgos y efectividad de los métodos de planificación familiar.
7º Derecho a optar por contraer matrimonio o no y a formar y planificar una familia, ninguna mujer puede ser obligada a contraer un matrimonio contra su voluntad.
8º Derecho a decidir tener hijos o no tenerlos y cuando tenerlos, garantizando el acceso de las personas a métodos efectivos de anticoncepción.
9º Derecho a la Atención de la Salud y a la Protección de la Salud, que incluye el derecho a no ser objeto de prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la salud.
10º Derecho a los beneficios del Progreso científico, incluyendo las técnicas apropiadas en salud reproductiva.
11º Derecho a la libertad de reunión y asociación, que incluye el derecho a sensibilizar a los Gobiernos para que prioricen la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
12º Derecho a no ser objeto de tortura o maltrato, incluyendo los derechos de mujeres, hombres y jóvenes a ser protegidos de la violencia, la explotación sexual y los abusos sexuales.
Conclusiones y Propuestas
Por todo lo anterior, es importante pensar en establecer nuevas estrategias de

intervención que vayan orientadas a esos sectores de la población, que tienden a ser más vulnerables en lo que refiere a embarazos no deseados. Sabemos que hoy día nuestro sistema sanitario tiene establecidos los controles aconsejables tanto para el embarazo normal como para cuando surgen complicaciones, pero es indispensable ampliar estos sistemas de atención y orientación hacia las instituciones educativas.
Cuando una pareja se plantea tener un hijo, es importante también que su decisión sea libre; por tal motivo, antes de intentarlo es recomendable que se les incite a los jóvenes a perder el miedo y atreverse a consultar a un médico u orientador que les ayude a ampliar su panorama en relación al embarazo.
Enfrentar el problema de los embarazos no deseados y sus consecuencias, incluyendo el aborto, no es sencillo. De hecho, es necesario poner en práctica una diversidad de medidas para lograr un impacto. Para prevenir el embarazo no deseado es esencial contar y poner en práctica políticas y programas que pongan al alcance de todos, pero en especial de los jóvenes, servicios de educación sexual y reproductiva. Además, la prevención sólo podrá lograrse si los gobiernos y la sociedad civil ofrecen programas y servicios de anticoncepción accesibles y de buena calidad. Para aumentar la cobertura, se deben enfocar los esfuerzos a la población más difícil de alcanzar, con necesidades especiales: los jóvenes, los hombres y las mujeres de grupos étnicos y comunidades rurales dispersas. Asimismo, se debe ofrecer un rango completo de métodos, incluyendo la anticoncepción de emergencia para todos, pero especialmente para las víctimas de violencia sexual y los jóvenes.
Para mitigar las consecuencias del aborto inducido, es fundamental asegurar que las mujeres con derecho a un aborto legal no encuentren barreras para recibir el servicio, ni sufran un trato discriminatorio y de calidad deficiente. Al mismo tiempo, es imprescindible asegurar el acceso universal a servicios de calidad para atención del aborto incompleto o complicado.
Los programas oficiales, la opinión mundial y los mensajes que reciben las parejas por distintos canales promueven una familia poco numerosa. Sin embargo, los mismos que sustentan esta postura no parecen reconocer la responsabilidad social ante el embarazo no deseado. Mientras la mujer sufre las graves consecuencias del aborto clandestino sobre su salud, seguridad y dignidad, la sociedad cierra los ojos ante el hecho de que los programas de anticoncepción tienen una cobertura y calidad deficientes, y de que los limitados recursos para la atención a la salud se están gastando en tratar, con una calidad limitada, por cierto, las complicaciones de abortos que podrían evitarse.
Si los abortos y sus complicaciones se previnieran, los recursos podrían orientarse hacia otros problemas de salud reproductiva. Además de estas responsabilidades que la sociedad no debería soslayar, es importante agregar una más: millones de embarazos no deseados culminan en el nacimiento de niños cuyas necesidades básicas no pueden ser satisfechas por sus madres y familias. Enfrentar y encontrar soluciones para los niños y jóvenes abandonados, que viven en condiciones de carencia física, emocional y social, es también una responsabilidad ante la que ningún miembro responsable de la sociedad puede cerrar los ojos.
Proponemos también que en los talleres se brinde información sobre lo que es el sexo y los métodos anticonceptivos, esto empezando en las secundarias, que es donde se empieza a despertar la sexualidad en los jóvenes, igual que en las preparatorias y hasta en las universidades. Se dice que una forma de prevenir los embarazos es la abstinencia, por tal motivo, se debe seguir promoviendo ante los adolescentes que no tengan relaciones sexuales hasta que sean maduros y sepan manejar la actividad sexual sin riesgo de embarazos no deseados.
También deben saber que un embarazo a edad temprana puede tener implicaciones de salud, psicológicas, sociales y económicas que afectan a la mujer, al hombre y al niño o niña por nacer, con un costo personal, familiar y social muy alto. Así como también es importante que sepan que la maternidad en las jóvenes determina que abandonen su desarrollo, sus expectativas y sus aspiraciones, por lo cual, se reducen sus oportunidades para lograr una calidad y un estándar de vida digna.
Para evitar un embarazo no planeado en la juventud, hay que exigir que se abran espacios para que niñas, niños y jóvenes, reflexionen y compartan sus puntos de vista sobre las causas individuales, sociales y culturales que condicionan la salud sexual. Asimismo, hay que superar la incertidumbre y el temor para abordar directamente un tema que ha estado cubierto por el silencio; y debemos propiciar la expresión de los sentimientos, creencias y nociones a fin de integrarlas con los conocimientos generados por la investigación y la experiencia de vida de los capacitadores juveniles, los maestros, profesionales de la salud y demás agentes comunitarios.