Es por eso que nuestro proyecto consiste en brindar información a la juventud que va desde el nivel secundaria hasta universidad, acerca de los peligros que el ocio acarrea, así como también, promover actividades dentro de los centros educativos en donde puedan aprovechar sus tiempos libres y puedan desenvolverse en diferentes ámbitos, por ejemplo: promover el deporte, promover talleres de música, danza, teatro, redacción, etc.
Todo esto en base a una observación detallada del comportamiento de los jóvenes en sus tiempos libres.

Para los jóvenes el ocio significa un espacio de experiencias significativas dónde encuentran el protagonismo para asumir responsabilidades. Es un elemento socializador de primer orden.Debemos ser conscientes que el tiempo libre de los jóvenes es un espacio privilegiado para la construcción de su identidad: es el tiempo con más intercambios de normas, de conducta y de valores.El tiempo de ocio en los jóvenes ocupa un lugar importante en sus vidas. Actualmente resulta el espacio más importante para fomentar y mantener sus relaciones además de cumplir una función de evasión frente a las obligaciones cotidianas para relajar sus mentes de la disciplina y tensiones educativas y laborales de la semana. Este espacio está perfectamente definido. Los jóvenes se reúnen para compartir, es como una distracción después de todas las obligaciones, y además es un espacio al margen del control del adulto, ellos tienen sus normas, sus grupos, sus preferencias y son ellos los que marcan qué hacer y cómo hacerlo.
El ocio ya no es un privilegio de la élite, es un fenómeno social que nos afecta a la mayoría. Asistimos a un cambio rotundo en su concepción y en su utilización en general, y también en los jóvenes. Básicamente es un ocio asentado en el consumismo y concentrado en los fines de semana.
Nos interesa a todos ser conscientes de los peligros que acechan los espacios de ocio de los jóvenes, particularmente a éstos. No se trata de introducir más miedo, sino de aportar un toque de atención.
El ocio acarrea graves problemas tales como: el que los jóvenes adquieran adicciones, embarazos no deseados, violencia, abandono del hogar, apatía, consumismo, etc.

Se puede apreciar que la juventud en general no teme al ocio por dos razones: positivamente, ya que esto puede indicar que no viven niveles importantes de tensión o estrés en su devenir cotidiano. Se vive la vida con cierta holgura y no hay muchos espacios de tiempo para la reflexión. Por otro lado, reflejan poco compromiso y responsabilidad para afrontar nuevos retos. También es una forma de demostrar resistencia al cambio en ellos ya que pudiera significar rebeldía y por consecuencia agresión.
¿Qué estamos haciendo en Tijuana para evitar el Ocio negativo?
Nuestra sociedad no ayuda demasiado a plantear otro tipo de ocio juvenil más participativo y no consumista, la mayoría de las veces se reducen a actividades muy concretas y muy localizadas en el tiempo que no llegan a satisfacer completamente las expectativas de los jóvenes.
Obviamente no todas las actividades que los jóvenes realizan en sus tiempos libres son malas, en Tijuana el 23% se reúne con sus amigos, el 16% realiza algún deporte, el 15% se dedica a escuchar música y el 14% lo utilizan para ver televisión, y el resto otras actividades. Estas actividades implican, búsqueda de la comodidad y a su vez evitan gastos.
Pero en general, todas las actividades que realizan los jóvenes, sean buenas o malas ofrecen un factor en común que es la asociación con sus pares o estar tiempo con personas que comparten su misma ideología, ayudando a formar su identidad.
En fin, nos parece un tema sumamente interesante ya que es un factor que incita a generar problemas en la juventud.
Para poder llegar a intervenir, es necesario la participación activa de los docentes, padres de familia y de los mismos alumnos.
Ana Karen Pacheco y Monserrat Carmona 2 A.